La palabra “hipnosis” proviene del griego hipnos = “sueño + latín osis = acción o proceso. Pero, aunque el nombre lo sugiere, la hipnosis no es una especie o forma de sueño. Solo sigue siendo llamada así porque el término se difundió y utilizó en ambientes científicos y populares durante muchos años (aprenda sobre el origen del término haciendo clic aquí).
Aunque la hipnosis ha sido controvertida, su eficacia terapéutica está atestiguada por varios autores de diferentes épocas. Hoy en día, la mayoría de los profesionales de la salud coinciden en que puede ser una técnica poderosa y eficaz para tratar el dolor, la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo, entre otras condiciones. Por eso, es aceptada y utilizada en todo el mundo.
¡Sigue leyendo para entender mejor cómo funciona y cuáles son sus beneficios, usos y mitos!
¿Qué es la hipnosis?
Según la American Psychological Association (APA), con pequeñas consideraciones de la Sociedade Brasileira de Hipnose (SBH), la hipnosis puede definirse como un estado de conciencia [inducido intencionalmente] que involucra atención concentrada y conciencia periférica reducida, caracterizado por una mayor capacidad de respuesta a la sugestión. En este estado, el sujeto es conducido a experimentar cambios en las sensaciones, percepciones, pensamientos o comportamiento [orientado a un objetivo] .
Esta definición de hipnosis es la base para todas nuestras acciones, contenidos, entrenamientos, misión institucional, visión y valores de la SBH, como una sociedad de profesionales de la salud que utilizan la hipnosis en su trabajo de manera ética, científica y con excelencia.
En contextos clínicos, es conducida por médicos, psiquiatras, psicólogos, fisioterapeutas, fonoaudiólogos, dentistas, enfermeros y varios otros profesionales de la salud debidamente certificados por una institución seria.
Aunque la definición anterior no es unánime entre los estudiosos del área, explica de manera práctica y simple el proceso de hipnosis. Pero siempre habrá pequeñas variaciones según el enfoque teórico que respalde la práctica.
Según el investigador estadounidense Michael D. Yapko, “la experiencia es tan compleja y subjetiva que intentar encontrar una explicación consensuada que la describa con exactitud puede hacernos perder la dimensión real de su significado”.
Pocas personas lo saben, pero experimentamos el “estado hipnótico” naturalmente todos los días. Las actividades rutinarias, aquellas que no necesitan necesariamente atención para ser realizadas, son buenos ejemplos de un estado de trance hipnótico leve o medio (que es el mismo indicado para el proceso de terapia).
Ocurre cuando lees un buen libro, por ejemplo, o te involucras en cualquier otra actividad en la que todas las demás cosas que suceden a tu alrededor parecen haber sido bloqueadas. Y es en este estado en el que estamos más susceptibles a no bloquear sugerencias (sigue leyendo para saber más sobre sugerencias).
Es por este mismo motivo que nos emocionamos con las películas. Y es por este mecanismo que los anuncios televisivos funcionan en los “intervalos”. Estamos inmersos en una actividad “automática”, lo que nos deja susceptibles a sugerencias que pueden influenciarnos incluso sin nuestro conocimiento.
Al definir la hipnosis (al igual que la propia conciencia), intentamos abarcar el proceso básico involucrado en ella, pero aún así quedarán fuera algunos elementos fundamentales, como la expectativa y motivación, además de más detalles sobre conceptos como sugerencia e inducción hipnótica.
¡Pero no te preocupes, explicaremos todo en este artículo!
¿Mito o verdad? Acaba de una vez con las dudas
Existen muchos mitos sobre la hipnosis, que terminan perjudicando a aquellos que podrían beneficiarse de la técnica, pero no lo hacen por miedo o creencias erróneas. Para despejar de una vez estas dudas, daremos las explicaciones correctas para que no tengas más ningún obstáculo en relación a la práctica.
Consulta, a continuación, los diez principales mitos sobre el tema que se han construido a lo largo del tiempo por los programas de televisión, las redes sociales y, tal vez, incluso por la facultad de Psicología:
Mito 1: ¡Serás obligado a hacer algo que no quieres!
La hipnosis depende de que te sientas cómodo y de querer pasar por el proceso. Nadie buscará un tratamiento para la ansiedad si no quiere acabar con ella, ¿cierto? Por lo tanto, todo lo que se haga a través de la técnica de hipnosis obedece a tus deseos y consentimiento.
Mito 2: ¡La hipnosis solo funciona con quien es débil o sugestionable!
Todas las personas tienen el potencial de ser hipnotizadas en algún nivel, ya que este es un estado de alta concentración y atención. La hipnosis es un estado común de conciencia, por lo que todos pueden experimentarlo en algún nivel. Debido a las características personales, la manera en que cada sujeto responde a un tipo de hipnosis es individualizada. Y como se dijo anteriormente, el proceso hipnótico involucra deseo y consentimiento.
Mito 3: ¡Puedes quedarte “atrapado” en un estado hipnótico y nunca salir!
¿Tu concentración continúa con el mismo alto nivel de enfoque después de que terminas un ejercicio de lógica? Con certeza no. Al fin y al cabo, es un estado momentáneo que alcanzamos por determinado período de tiempo para realizar esa tarea.
Con la hipnosis no es diferente. Cuando la sesión termine, volverás a tu vida cotidiana normalmente. Incluso si un desastre ocurriera con el hipnotista durante la práctica y él necesitara abandonarte (hipótesis exagerada para entender el ejemplo), saldrías del estado hipnótico cuando no tuvieras más estímulos para continuar. En ese mismo ejemplo, si ese desastre fuera algo muy impactante, como por ejemplo un edificio en colapso, en cuanto lo percibieras, naturalmente también saldrías del estado hipnótico.
Mito 4: ¡Vas a contar tus secretos a la fuerza!
En una sesión de terapia, cuentas secretos que no contarías normalmente, ¿correcto? Y no por ser obligado o coaccionado, sino por considerar importante revelar ese contenido por algún motivo relacionado con tu tratamiento. Si durante la hipnosis deseas contar algo, el motivo no será diferente, y serás tú quien elegirá qué decir.
Mito 5: ¡La hipnosis es misticismo o religión!
La hipnosis es una herramienta científica y, como tal, reconocida por consejos de varias especialidades de salud (como se cita a continuación).
Mito 6: ¡Vas a perder la conciencia durante la hipnosis!
Lo máximo que puede suceder es que te duermas debido al profundo estado de relajación. Y, como cada vez que duermes, despertarás cuando estés descansado.
Mito 7: ¡La hipnosis es igual al sueño!
Mientras duermes no tienes control sobre los pensamientos y puedes soñar, aunque no siempre recuerdes el contenido del sueño. En la hipnosis tu mente estará profundamente concentrada en algo, trabajando activamente, y podrás recordar lo que ocurrió después. ¡Entonces no, la hipnosis no es igual al sueño!
Mito 8: ¡Vas a ser avergonzado durante la sesión con hipnosis!
A pesar de que la hipnosis puede ser utilizada como entretenimiento, la sesión clínica ocurrirá con confidencialidad, privacidad y sin vergüenzas. Por lo tanto, no te preocupes, no imitarás a una gallina, tartamudearás o olvidarás tu nombre durante una terapia. Y la explicación para esto es simple: no es ese el objetivo.
Mito 9: ¡Vas a resolver todos los problemas con la regresión!
Esta es una técnica muy útil y que presenta excelentes resultados, pero no es la única forma de resolver las cuestiones psicológicas. Es necesario que sea utilizada con cuidado por profesionales preparados, ya que existe la posibilidad de recuperar memorias falsas que pueden perjudicar más de lo que ayudan si no se conduce adecuadamente.
[Entiende más sobre la memoria en el tema “Cuidados necesarios con la hipnosis”]
Mito (probable) 10: ¡La hipnosis es lo que imaginas!
Después de leer las aclaraciones anteriores, es probable que ya hayas notado que la hipnosis no es exactamente lo que imaginabas. Para entender por qué estos mitos se han instalado tan fuertemente en el imaginario colectivo, incluido el tuyo, sigue leyendo.
¿Pero la hipnosis está regulada?
La hipnosis se utiliza en todo el mundo y la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprueba su uso en el área de la salud. En algunos países, como Estados Unidos, existe regulación propia para la técnica.
En Brasil, el uso de la hipnosis está previsto en el Sistema Único de Salud (SUS) y es autorizada por varios consejos de especialidades.
Consulta algunos detalles sobre la legislación de cada área:
- Consejo Federal de Medicina (CFM)
La hipnosis se utiliza, en el campo de la Medicina, conforme a la especialidad médica. De manera general, los médicos pueden utilizar técnicas para control del dolor, relajación e incluso anestesia.
Es el parecer nº 42/1999 que regula este uso, determinando que “la hipnosis es reconocida como valiosa práctica médica, subsidiaria de diagnóstico o de tratamiento, debiendo ser ejercida por profesionales debidamente calificados y bajo rigurosos criterios éticos.”
- Consejo Federal de Psicología (CFP)
En Brasil, la Resolución CFP nº 013/00 regula su uso debido al “valor histórico de la utilización de la hipnosis como técnica de recurso auxiliar en el trabajo del psicólogo y, considerando que la hipnosis es reconocida en el área de salud, como un recurso técnico capaz de contribuir en las resoluciones de problemas físicos y psicológicos.”
En los consultorios de Psicología, se utiliza más frecuentemente en el proceso de resignificación de situaciones traumáticas, que si no se tratan pueden afectar la vida del paciente de forma intensa y variada, pudiendo generar mayor susceptibilidad de desarrollar fobias, trastornos psíquicos y limitaciones comportamentales.
- Consejo Federal de Fisioterapia y Terapia Ocupacional (COFFITO)
Los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales están autorizados a utilizar la hipnosis siempre que demuestren que poseen la formación debida. Esto consta en la Resolución nº 380/2010, documento que autoriza también el uso de otras prácticas integrativas.
- Consejo Federal de Odontología (CFO)
La práctica de la hipnosis por los cirujanos-dentistas está prevista por la Ley nº 5.081 de 1966 del Consejo Federal de Odontología, que regula el ejercicio de la Odontología en Brasil. Los profesionales necesitan ser comprobadamente habilitados y normalmente utilizan la hipnosis como sustituta o reforzadora de la anestesia, además de ser un procedimiento para relajación y reducción del miedo del paciente.
- Consejo Federal de Enfermería (COFEN)
En Enfermería, el uso de la hipnosis está incluido como especialidad posible al enfermero en el área de alcance I, referente a “Salud Colectiva; Salud del Niño y del Adolescente; Salud del Adulto (Salud del Hombre y Salud de la Mujer; Salud del Anciano; Urgencias y Emergencias)”, de acuerdo con la Resolución COFEN nº 581/2018.
Desde antes de esta Resolución, sin embargo, el Código de Ética de los Profesionales de Enfermería no presentaba ningún dato impeditivo del uso de la técnica por enfermeros, aunque no hubiera mención específica a la hipnosis.
Por ser una excelente alternativa para sustituir medicamentos y anestesias, además de sus varios otros usos, la hipnosis viene ganando cada vez más espacio en la salud. Aún posee la ventaja de ser un procedimiento sin efectos secundarios y sin riesgos considerables.
¡Atención! Es muy importante que los profesionales tengan la debida calificación para su conducción. Los consejos, citados anteriormente, recomiendan este requisito previo como garantía de una práctica adecuada y ética.
Un poco de historia: ¿de dónde vino la hipnosis?
La evidencia más primitiva de la existencia de hipnosis se encontró entre los chamanes, que también eran llamados “doctores brujos”, “hombres de medicina” o “curanderos”. El relato más antiguo sobre curas obtenidas a partir del método hipnótico se obtuvo en los “Papiros de Ebers”, una colección egipcia que contiene más de 700 remedios populares.
Los llamados “Templos del Sueño” del Antiguo Egipto eran un tipo de hospital en el que realizaban tratamientos con cantos, danzas y la inducción de pacientes en estado de trance semejantes a la hipnosis.
Inicio de la experimentación científica
Franz Anton Mesmer
La experimentación científica de la hipnosis comenzó con Franz Anton Mesmer (1734-1815), médico austríaco del siglo XVIII, que al mudarse a París, ganó mucha atención en el medio científico. Creía en la influencia de los cuerpos celestes para la cura de las enfermedades y en la presencia de un fluido universal que conectaba astros y seres vivos.
Este fluido magnético era captado y emitido por hierro imantado y, así, la persona imantada transfería energía a los demás. Como era el propio hombre quien captaba la energía, este fenómeno pasó a llamarse magnetismo humano.
Después de realizar varias cirugías con anestesias utilizando solo la hipnosis, que en la época se llamaba “sueño mesmérico”, se desarrolló a partir de ahí la expresión “mesmerismo”.
Con la gran repercusión del trabajo en el medio científico, los académicos de Medicina, el mayor grupo de ciencia oficial de la época, presionaron al rey Luis XVI a convocar la “Comisión de la Sociedad Real de Medicina y de la Academia de Ciencias – 1784”, compuesta por los más renombrados científicos de la época, con el objetivo de estudiar el fenómeno hipnótico.
Después de realizar pruebas, el comité afirmó la inexistencia del magnetismo humano, alegando que los resultados obtenidos eran solo consecuencia de la sugestión. Mesmer cayó en descrédito en el medio científico, pero sus teorías y métodos continuaron siendo empleados por sus seguidores.
James Braid
Fue solo en el siglo XIX que el médico inglés James Braid (1795-1859), al presenciar una cirugía realizada por Mesmer, comenzó a estudiar el proceso con el propósito de reformular la teoría. Braid definió el estado hipnótico como un estado particular de “sueño del sistema nervioso” y acuñó el término hipnosis, del griego Hypnos, que simbolizaba al Dios del sueño en la Mitología Griega.
Así fue como la palabra hipnosis quedó equivocadamente asociada a la idea de sueño. Poco después de crear el término, James Braid se retractó, pues percibió que científicamente la hipnosis no podía compararse al sueño, siendo un estado justamente opuesto al sueño, de intensa actividad psíquica y mental.
Las ramas de la hipnosis
Cualquier intento de explicar por qué la hipnosis funciona está directamente ligado a una de sus ramas. Los diferentes enfoques son extremadamente amplios.
El neurólogo Charcot, de la escuela de Salpêtrière, estudió los estados hipnóticos para el tratamiento de pacientes histéricos y obtuvo gran aprobación al relacionar la hipnosis con los trastornos psíquicos. Consideró la hipnosis como un estado patológico de disociación, comparando el trance al proceso histérico y a anormalidades en el sistema nervioso.
Divergiendo de la escuela de Salpêtrière, la Escuela de Nancy de Liébeault y Bernheim, por su parte, retomó la idea original de Braid de que la inducción hipnótica derivaba de la sugestión, en un proceso natural inherente a todo ser humano.
Las dos escuelas anteriores, con sus puntos de vista distintos, discutían en el medio científico y académico la hipnoterapia e hicieron que la hipnosis fuera nuevamente objeto de interés.
En 1889, Charcot organizó el I Congreso Internacional de Hipnotismo Experimental y Terapéutico, que contó con la presencia del psicólogo estadounidense William James, el criminalista italiano Lombroso y el joven psiquiatra Sigmund Freud.
Evolución académica de la hipnosis
El estudio moderno de la hipnoterapia se desarrolló efectivamente en la década de 1930, con los estudios de Clark Leonard Hull en la Universidad de Yale, donde se realizaron investigaciones de Sugestionabilidad. Mediante análisis estadísticas y experimentales, los estudios de Hull demostraron que la hipnosis no posee ningún tipo de conexión con el sueño.
En contextos de guerra, la hipnosis ganaba destaque. En especial después de la Segunda Guerra Mundial, época en la que hubo más investigaciones y mayor divulgación. La técnica fue utilizada como tratamiento en soldados en las dos grandes guerras mundiales y en la Guerra de Corea.
La hipnosis presentaba resultados rápidos y baratos en escenarios no favorables, actuando, por ejemplo, en el auxilio con anestesia y analgesia para realizar cirugías en combatientes y en el tratamiento del trastorno que llamamos hoy de estrés postraumático (como fue retratado en este documental sobre la Segunda Guerra Mundial en Netflix).
Fue solo en 1958, sin embargo, que la Asociación Médica Americana aprobó un informe sobre el uso de la hipnosis, haciendo que la Asociación de Psicología Americana aprobara la técnica como un ramo de su esfera terapéutica.
El desarrollo de la hipnosis moderna
Aunque presenta excelentes resultados, la hipnosis moderna aún es un recurso poco utilizado. Hasta la mitad del siglo XIX, dos circunstancias importantes en la historia de la Medicina colaboraron para que la hipnosis quedara en segundo plano: el descubrimiento de la anestesia, en 1846, por Morton, que proporcionó alivio adecuado y seguro del dolor operatorio, y la opción de Freud por el psicoanálisis, dejando de emplear la hipnosis en su trabajo.
En 1846, el cirujano escocés James Esdaile publicó un libro describiendo el uso del mesmerismo en 73 cirugías y 18 casos de tratamiento del dolor. Dos años más tarde, el ya citado James Braid propuso el término hipnosis, en lugar de mesmerismo.
En el siglo XX, Milton Hyland Erickson (1901-1980), psiquiatra y psicólogo estadounidense, representó un hito en la hipnosis moderna. En sus 60 años de actividad, publicó más de 300 artículos y decenas de libros relacionados con el tema.
Tuvo un papel importante en la fundación de la Sociedad Americana de Hipnosis Clínica (1957) y fue fundador y editor del periódico de la Sociedad durante diez años. Sus trabajos e ideas influyeron en John Grinder y Richard Bandler, creadores de la Programación Neurolingüística (PNL). Fue él quien divulgó también la importancia y la validez de la terapia breve.
En 1976, fue el turno de Milton Erickson, Rossi y Rossi publicar un libro clásico sobre el enfoque hipnótico, favoreciendo sugerencias indirectas y el modo de presentarlas. Esta primera publicación incentivó a otros investigadores a hablar sobre el tema, como Yapko, que lanzó en 1995 su libro de información básica sobre hipnosis y, en 2003, otro libro, cuya lectura es recomendada en los principales centros de enseñanza de hipnosis del país.
Otra referencia en el estudio de la hipnosis es el libro de autoría de Weitzenhoffer (2000). Y Stewart fue responsable por realizar una revisión sobre el uso de la hipnosis en la medicina contemporánea, publicada en 2005.
Dudas que perduran
Está claro que los cambios neurofisiológicos asociados a la hipnosis son muy complejos y, por eso, aún hoy hay desconocimiento en relación al proceso como un todo. Se sabe, sin embargo, que existen patrones especiales de activación y desactivación neuronal que involucran varias regiones del cerebro durante sugerencias hipnóticas. Especialmente del sistema límbico.
Ante la falta de consenso en el medio científico, las creencias populares y leyendas sobre la hipnosis ganaron cada vez más fuerza. Shows y películas con el tema se hicieron cada vez más frecuentes y la definición exagerada y distorsionada creada por ellos contamina el imaginario popular. Esto afecta negativamente la visión de la hipnosis como ciencia y como un método terapéutico.
Para completar, en varias universidades hay mucha ignorancia y prejuicio sobre el tema, lo que, aliado a la falta de divulgación científica, aleja aún más a las personas de las explicaciones correctas.
¿Qué es la inducción hipnótica?
La inducción hipnótica puede describirse como el procedimiento usado para inducir el estado hipnótico, que puede ocurrir a través de técnicas diversas. El objetivo es que la persona se sienta cómoda, dispuesta y confiada en el trabajo del profesional, que conducirá todo de manera ética.
Para tener una idea, Charcot inducía la hipnosis tocando gongs, parpadeando luces y aplicando presión en la cabeza de las personas. Braid creía que era necesaria la fijación de los ojos, mientras que los Spiegels hacen que las personas revuelvan los ojos y muchos hipnotizadores solo piden a los sujetos que los cierren. La mayoría de las inducciones contemporáneas incluyen sugerencias de relajación, pero puede ser que el profesional solo pida que el sujeto esté atento y tensionado.
Los elementos de la inducción generalmente no son más importantes que el ritual y la expectativa. Es posible producir todos los efectos de la hipnosis dando a los sujetos placebos y diciendo que el medicamento produce un estado hipnótico (Baker y Kirsch, 1993; Glass y Barber, 1961). Ya las respuestas de las personas a las sugerencias durante la hipnosis dependen de sus expectativas sobre cómo deben responder.
¿Qué es la sugerencia?
La sugerencia puede definirse como un recurso de la comunicación, directa o indirecta, que sugiere al sujeto la emisión de un comportamiento no intencional. Se diferencia de una instrucción porque su respuesta debe ocurrir “no intencionalmente”.
Vamos a ejemplificar para que quede más claro. Imagina que quieres que alguien tenga la experiencia de tener el brazo levitando:
- “Levanta la mano” es una instrucción;
- “Tu mano se está volviendo más ligera y comenzando a subir” es una sugerencia.
¿Percibes cómo el mensaje es diferente? El primero exige un acto intencional; el segundo dirige a una respuesta no intencional. De la misma manera:
- “Toma este medicamento” es una instrucción;
- “Esto te ayudará a dormir” es una sugerencia.
La segunda frase sugiere a la persona que tomar la píldora inducirá automáticamente el sueño.
Pero las sugerencias no siempre son verbales. Varias informaciones sugestivas son transmitidas por el tono de voz, contexto, expresiones faciales, gestos, toques e incluso por el tamaño, forma y color de una píldora, por ejemplo. La interpretación del sujeto al estímulo tiene un papel fundamental aquí.
Es importante observar que para que el estímulo verbal o no verbal sea o no una sugerencia no depende de la respuesta del sujeto. Las sugerencias son sugerencias, incluso cuando las personas no responden a ellas.
El principal objetivo de la sugerencia es usar todos los recursos de comunicación disponibles para conducir al sujeto a experimentar alteraciones fisiológicas, en las sensaciones, en las emociones, en los pensamientos o en el comportamiento durante la hipnosis.
Las alteraciones experimentadas ocurren a partir del llamado sistema 1 de procesamiento cerebral (Kahneman, 2011), que es rápido, paralelo, automático, intuitivo, inconsciente y dirigido por emociones y asociaciones.
Es posible decir que existen tres tipos básicos de sugerencia:
- Sugerencias ideomotoras: aquellas en las que una acción específica, como la levitación del brazo, ocurre automáticamente, sin la conciencia de la fuerza de voluntad.
- Sugerencias de desafío: cuando la persona no puede ejecutar un acto que normalmente está bajo control voluntario, como doblar un brazo (el brazo queda rígido).
- Sugerencias cognitivas: son para varias distorsiones cognitivas o perceptivas, como amnesia selectiva, reducción del dolor y alucinaciones. Observa que algunas sugerencias cognitivas contienen desafíos. Las sugerencias de amnesia, por ejemplo, exigen que la persona no recuerde información específica.
Ya vimos que la hipnosis es caracterizada por una mayor capacidad de respuesta a la sugerencia. Entonces, ¿eso quiere decir que la sugerencia funciona incluso sin hipnosis? ¡Sí!
Una de las primeras cosas aprendidas a través de investigaciones experimentales sobre hipnosis fue que todos los comportamientos observados durante la hipnosis también pueden obtenerse sin ella (Kirsch, 1999).
Y no todos los efectos de la hipnosis son sugeridos por el hipnotizador. Muchos de sus efectos tienen origen y transmisión por la propia cultura.
Un estudio del siglo XX ya demostró este fenómeno sucediendo (Young & Cooper, 1972). En él, los participantes fueron divididos en dos grupos y reaccionaron de formas diferentes a un fenómeno según la información que recibieron. Consulta a continuación el resultado:
GRUPO I | GRUPO II |
Investigadores informaron que “las personas hipnotizadas experimentan amnesia espontánea.” | Investigadores informaron que “las personas hipnotizadas no experimentan amnesia espontánea.” |
48% estuvieron de acuerdo con la afirmación “Si fuera hipnotizado, no recordaría lo que sucedió después de despertar.” | 15% estuvieron de acuerdo con la afirmación “Si fuera hipnotizado, no recordaría lo que sucedió después de despertar.” |
37% de los individuos presentaron amnesia después de ser hipnotizados. | 10% de los individuos presentaron amnesia después de ser hipnotizados. |
Otra interesante descubrimiento en estos datos es que, en ambos grupos, el 75% de los individuos que esperaban amnesia la experimentaron, mientras que ninguno de los que no esperaban amnesia la experimentó.
Esto nos lleva a otro concepto importante para comprender la hipnosis: ¡la expectativa!
¿Qué es la expectativa?
Podemos dividir la expectativa en dos categorías: la expectativa de estímulo y la expectativa de respuesta.
De estímulo: es lo que el sujeto espera en relación a cómo será la intervención por parte del profesional.
De respuesta: es lo que espera de su propia respuesta ante ese estímulo.
Ellas derivan de experiencias directas e indirectas:
Directas: cuando vivimos la experiencia.
Indirectas: cuando alguien en quien confiamos nos cuenta que así es como funciona.
La expectativa de respuesta puede ser auto confirmada y consecuentemente reforzada. Por ejemplo: esperar tener más energía después de desayunar se confirma después de pasar por la experiencia, lo que la refuerza.
La expectativa de lo que va a suceder es una parte muy importante del proceso de hipnosis. El sujeto que será hipnotizado sabe lo que probablemente va a suceder porque ya ha escuchado historias o alineado sus expectativas con el profesional. Al esperar esa respuesta, aumenta la probabilidad de que ocurra.
¿Te ha pasado alguna vez mentirle a alguien sobre un dolor de cabeza y luego realmente comenzar a sentir dolor de cabeza? La expectativa tiene esa capacidad de crear estados corporales cuando los esperamos. Un proceso similar al que ocurre en el “efecto placebo”.
¿Qué es el efecto placebo?
Este efecto es lo que ocurre cuando alguien ingiere una pastilla sin propiedades medicinales, como una píldora de harina, con la expectativa de que va a causar determinado efecto.
Aunque su composición química no sea de un medicamento real, la persona que lo ingirió puede (y probablemente va a) sentir los efectos descritos solo por la expectativa creada, sean ellos positivos o negativos.
Hasta hoy no hay un consenso sobre todas las variables que posibilitan que el placebo funcione, solo sabemos que están directamente ligadas a las informaciones recibidas y a la expectativa construida.
Estudios recientes indican que los placebos funcionan incluso cuando se anuncian a los pacientes: alrededor del 60% de los pacientes con síndrome del intestino irritable afirmaron haber mejorado después de tomar dos comprimidos placebos por día, incluso sabiendo que no eran medicamentos reales. Entre los pacientes que no recibieron ningún tipo de tratamiento, solo el 35% mejoró.
¡Atención! Hay una diferencia importante entre placebos y hipnosis y vale la pena destacarla por razones prácticas. La administración de placebos implica engaño y la hipnosis no. Médicos y psicoterapeutas no usan placebos terapéuticamente por este motivo.
Como el uso de la hipnosis no requiere engaño, puede (y debe) ser utilizada como un medio para explorar el potencial terapéutico de la sugestión.
¿Qué es la hipnosis clínica o hipnoterapia?
La palabra “hipnoterapia” es una combinación de hipnosis y terapia. Está definida en una ordenanza del Ministerio de Salud que reconoce y regula la práctica por el SUS:
“La hipnoterapia es un conjunto de técnicas que, mediante intenso relajamiento, concentración y/o enfoque, induce a la persona a alcanzar un estado de conciencia aumentado que permita alterar una amplia gama de condiciones o comportamientos indeseados, como miedos, fobias, insomnio, depresión, angustia, estrés y dolores crónicos. Puede favorecer el autoconocimiento y, en combinación con otras formas de terapia, ayuda en la conducción de una serie de problemas.”
El propio concepto explica que la hipnoterapia es un conjunto de técnicas, en este caso, de hipnosis, utilizadas con fines terapéuticos. Por lo tanto, es una herramienta que puede ser utilizada para potenciar los resultados y aumentar el compromiso del paciente en un tratamiento.
La hipnoterapia no es solo entrar en trance, es una técnica para crear experiencias y generar nuevos aprendizajes.
Es importante resaltar que la hipnosis no es una terapia por sí sola, necesita de un enfoque teórico terapéutico (generalmente de la psicología) que dé soporte al profesional.
¿Para qué se puede usar la hipnoterapia?
Estudios ya han comprobado que la hipnosis puede ayudar en demandas variadas, como:
- depresión
- ansiedad
- fobias
- adicciones
- compulsiones
- obesidad
- parto
- procedimientos médicos y recuperación
- dolores
- para mejorar los estudios y la memoria
- y varios otros.
Cuidados necesarios con la hipnosis
¡Atención! Todo lo que no se recomienda hacer sin hipnosis, continúa no siendo recomendado con la hipnosis.
El uso de la hipnosis no ofrece ningún riesgo especial o efecto secundario. El riesgo es que la persona busque ayuda de un profesional despreparado, pero eso es algo a lo que estamos sujetos en cualquier tipo de tratamiento, ¿no es así?
En el caso de la hipnoterapia, así como en cualquier psicoterapia, estamos lidiando con una persona en sufrimiento, en una situación de mayor vulnerabilidad emocional, entonces existe una complejidad para lidiar. El profesional necesita tener mayor sensibilidad y acogida, por eso es necesario investigar para no terminar consultando con un profesional descalificado y despreparado.
Cada profesional debe ceñirse a su especialidad de actuación. Un psicólogo no es el más indicado para extraer dientes, ¿cierto? De la misma manera, alguien sin formación en Psicología o Psiquiatría no puede proponerse a “curar depresión”.
Además del peligro y del inconveniente de un profesional sin calificación adecuada aventurarse en prácticas que van más allá de su dominio, podemos destacar cuatro principales casos en los que el uso de la hipnosis necesita de una mayor atención:
Casos de dolor
En los casos de dolor, el paciente necesita tener algún diagnóstico y acompañamiento médico. ¿Puedes imaginar el riesgo de quitar un dolor de cabeza que puede mostrar que algo grave está sucediendo con la persona? O incluso una lesión que puede ser una fractura. El dolor sirve como una alerta de nuestro organismo, entonces lo recomendado es siempre contextualizar la demanda antes de controlarla con la hipnosis.
Recuperación de memorias
La memoria es un proceso muy complejo. Pero, para simplificar, vamos a imaginarla como un rompecabezas montado en nuestra mente. A medida que pasa el tiempo y tenemos nuevas experiencias, algunas piezas terminan soltándose y llenamos sus espacios con imaginación.
Esta imaginación es tan “real” para nosotros como las otras memorias. Por eso, corremos el riesgo de recuperar o incluso de crear nuevas – falsas – memorias. Sin embargo, este no es un riesgo exclusivo de la hipnosis (aunque pueda ser potencializado). Creamos memorias falsas todo el tiempo en nuestro día a día.
Cuadros de psicosis
Individuos con cuadros de psicosis pueden desencadenar crisis durante experiencias en estados alterados de la conciencia, dada la naturaleza de disociación de la hipnosis. Aunque esto también pueda ocurrir en consecuencia de varios otros acontecimientos más simples del día a día, como después de una noticia impactante emocionalmente, la pérdida de alguien o el uso de sustancias psicoactivas como el cannabis, por precaución puede ser mejor evitar la hipnosis.
Fuertes descargas emocionales durante el embarazo
Aunque no hay consenso en la literatura, algunas prácticas de hipnosis que involucran fuertes descargas emocionales no son indicadas durante la gestación. El estrés puede llegar hasta el bebé a través de reacciones fisiológicas, mediante la liberación de hormonas como cortisol y adrenalina, que en grandes cantidades pueden representar riesgos para el embarazo.
Sin embargo, se sabe que es muy beneficioso, aunque poco divulgado, el uso de la hipnosis por gestantes en preparación para el parto, buscando principalmente la reducción del dolor y la ansiedad.
¿Cómo encontrar un terapeuta confiable?
Como en cualquier profesión, existen profesionales con calificación y entrenamiento adecuados y otros no. Para tener certeza de que estás buscando un hipnoterapeuta confiable para el tratamiento de salud, asegúrate de que realizó un curso de formación en una institución reconocida.
La asociación del profesional a alguna organización o asociación de hipnosis garantiza que una institución sea responsable de fiscalizar y recibir denuncias referentes a su práctica. Esto también puede significar que se trata de un profesional comprometido y dedicado a especializarse y actualizarse.
Si necesitas ayuda para encontrar un profesional que trabaje con hipnosis, haz clic aquí. Con certeza tenemos el profesional adecuado para ayudarte en cualquier lugar de Brasil.
Si has llegado hasta aquí y aún tienes alguna duda, deja tu comentario. ¡Hagamos que la hipnosis supere los mitos y sea utilizada para ayudar a personas de todas las edades!
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