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Psicólogo Explica: Antes Mal Acompanhado Do Que Só? Os 7 fatores psicológicos

Psicólogo Explica: ¿Antes Mal Acompañado Que Solo? Los 7 factores psicológicos

Descubre los 7 motivos psicológicos que llevan a las personas a permanecer en relaciones tóxicas. Aprende a identificar y cambiar estas contingencias disfuncionales.

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¿Alguna vez te has encontrado en una relación que sabes que no es buena, pero aun así no puedes salir de ella? Esta es una situación común que afecta a muchas personas. En este artículo, entenderemos las razones por las que nos quedamos atrapados en relaciones malas.

Las relaciones tóxicas pueden consumir nuestras energías y hacernos infelices. Entonces, ¿por qué es tan difícil romperlas? El psicólogo explica que hay varios factores psicológicos detrás de esto.

Descubriremos qué es el comportamiento gobernado por reglas y cómo influye en nuestras elecciones amorosas. También entenderemos el poder de la regla “mejor mal acompañado que solo” y qué lleva a algunas personas a seguirla.

Hablaremos sobre variables como el refuerzo social, posesión, privación, competencia, aversión al riesgo, dependencia y relación sexual. Todos estos factores psicológicos juegan un papel en la dificultad de romper relaciones malas.

Finalmente, veremos que ¡es posible salir de esta trampa! El psicólogo Erick Heslan enseñará intervenciones clínicas comprobadas para ayudar a modificar patrones disfuncionales y lograr relaciones más saludables.

¿Curioso por entender los entresijos de la mente humana en estas situaciones? ¡Sigue leyendo y descubre las fascinantes explicaciones de la psicología!

Comportamiento gobernado por reglas versus comportamiento modelado por contingencias

Cuando hablamos de comportamiento humano, existen dos maneras principales por las que aprendemos a comportarnos: por el contacto directo con las consecuencias de nuestras acciones o siguiendo reglas e instrucciones.

En el primer caso, estamos experimentando en la práctica los resultados de lo que hacemos. Por ejemplo, un niño toca una olla caliente, siente dolor y aprende a no repetir ese comportamiento. No necesita que alguien le diga que se lastimará, aprende directamente de la experiencia.

Cuando seguimos reglas, estamos actuando en base a lo que se nos ha dicho que es correcto o incorrecto, bueno o malo, sin probar estas instrucciones en la práctica. Por ejemplo, los padres dicen al niño que no toque la olla caliente, entonces obedece sin necesidad de quemarse antes.

El psicólogo B.F. Skinner llamó a estos dos procesos comportamiento modelado por contingencias y comportamiento gobernado por reglas. En el primero, el comportamiento es moldeado por las consecuencias naturales. En el segundo, es dirigido por reglas e instrucciones verbales.

Ambos tienen pros y contras. El comportamiento modelado por contingencias no siempre es eficiente o seguro. Seguir reglas puede llevarnos a actuar de manera disfuncional si son imprecisas o desactualizadas.

En la vida, generalmente combinamos ambos procesos. Pero en ciertos contextos, como veremos más adelante, seguir reglas ciegamente puede atraparnos en trampas.

La regla “mejor mal acompañado que solo”

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Una regla de comportamiento muy común, pero extremadamente problemática, es: “Mejor mal acompañado que solo”. Muchas personas siguen ciegamente esta máxima, permaneciendo en relaciones claramente tóxicas e insatisfactorias solo para no enfrentar la soledad.

Esta regla básica describe la siguiente contingencia: “Si me quedo solo, entonces sufriré”. Es decir, el individuo cree que los aspectos negativos de estar sin una pareja romántica son peores que los aspectos negativos de estar en una mala relación.

¿Por qué alguien seguiría esta regla, incluso ante una relación que trae más perjuicios que beneficios? Hay algunos factores psicológicos que pueden explicar esta elección:

  • Miedo a la soledad y al juicio social;
  • Sentimiento de posesión hacia la pareja;
  • Estado de privación de los reforzadores de una relación;
  • Competitividad para no “perder” a la pareja ante otra persona;
  • Aversión al riesgo de encontrar una nueva relación;
  • Dependencia emocional.

Estos y otros aspectos nos llevan a seguir la problemática regla de que es mejor una mala relación que ninguna. ¡Pero es posible deconstruir esta visión disfuncional!

Factores que llevan al seguimiento de esta regla

Vimos que la regla “mejor mal acompañado que solo” es muy problemática, pero aun así seguida por muchas personas. Pero, ¿qué lleva a alguien a preferir someterse a una relación infeliz e insatisfactoria solo para evitar la soledad?

Existen diversos factores psicológicos que pueden explicar esta elección equivocada. Analizaremos cada uno de ellos en detalle a continuación. Comenzaremos por el poderoso factor del refuerzo social y la presión del entorno para encajar en una relación amorosa, por mala que sea.

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Primer Factor: Refuerzo social

Uno de los principales factores que llevan a algunas personas a seguir la regla “mejor mal acompañado que solo” es el refuerzo social. Vivir en sociedad nos hace susceptibles a patrones y juicios externos sobre nuestros comportamientos y elecciones.

Tener una relación amorosa, aunque problemática, es vista de forma positiva y valorada socialmente. Estar soltero a menudo lleva estigmas y es motivo de burla y disminución de la autoestima. Frases como “se quedó para tía” o “murió abrazado a la almohada” ejemplifican el prejuicio contra los solteros.

Personas con historial de privacidad afectiva o baja autoestima a menudo tienen en el reconocimiento social su principal o única fuente de refuerzo positivo. Para ellas, mantener una relación tóxica puede ser preferible a enfrentar el juicio negativo por estar solas.

Además, la observación del escarnio dirigido a otras personas solteras también fortalece, por modelado, la creencia de que es mejor una mala relación que ninguna. De esta forma, el miedo al castigo social lleva a muchos a seguir ciegamente la problemática regla.

Corresponde al psicoterapeuta identificar y modificar los patrones disfuncionales que hacen al cliente rehén de la aprobación externa. Después de todo, lo que importa es la calidad de vida, y no encajar en juicios sociales limitantes.

Segundo Factor: Posesión

Otro factor psicológico detrás de la regla “mejor mal acompañado que solo” es el sentimiento de posesión hacia la pareja. Algunas personas ven a su compañero como una propiedad, un objeto que les pertenece.

Tener esta posesión es reforzador, pues trae la falsa sensación de tener el control sobre la vida y las elecciones del otro. Perder esta posesión, al término de la relación, sería sumamente aversivo.

Por eso, incluso si la relación se vuelve abusiva o insatisfactoria, la persona posesiva prefiere mantenerla a tener que enfrentar la perspectiva de que el ex compañero siga su vida independientemente, libre para nuevas relaciones y experiencias.

Este comportamiento puede originarse de una historia de refuerzo del control y la imposición de reglas sobre los demás. Es común en personas acostumbradas a siempre “dictar las cartas” y tener sus deseos atendidos sin cuestionamiento.

En estos casos, el psicoterapeuta debe actuar para romper el ciclo de posesión, estableciendo límites y enseñando al cliente a construir relaciones más saludables, basadas en el respeto mutuo, y no en el control disfuncional.

Después de todo, amar no es poseer. Y ningún ser humano puede ser propiedad de otro, por más cercanos que sean los lazos afectivos.

Tercer Factor: Privación

Otro factor relevante es el estado de privación de los reforzadores positivos de una relación amorosa. Cuanto más tiempo la persona permanece soltera, mayor tiende a ser la carencia por compañía, atención y afecto.

Así, después de largos períodos sin una pareja romántica, el individuo se encuentra tan carente y privado de estos refuerzos que cualquier relación, aunque problemática, se vuelve mejor que seguir solitario.

La privación prolongada de los beneficios de una relación amorosa hace que adquieran un valor altísimo. Por eso, la persona está dispuesta a pagar el precio de convivir con peleas, celos y abusos para tener acceso nuevamente a estos reforzadores, aunque en cantidad limitada.

Corresponde al psicoterapeuta ayudar al cliente a ampliar sus fuentes de refuerzo positivo, trabajando la autoestima, las relaciones de amistad y el autocuidado. Así, incluso soltero, podrá llevar una vida feliz y completa, sin quedar rehén de la carencia.

La soledad no siempre es mala, y depender de una relación tóxica para huir de ella señala la necesidad de un trabajo profundo de autoconocimiento y madurez emocional.

Cuarto Factor: Competencia

Muchas personas ven las relaciones amorosas como una competencia, ya sea con la propia pareja o con terceros. En esta visión, terminar el noviazgo sería como admitir la “derrota” y entregar la victoria al otro.

Quien ve la dinámica de la pareja como una disputa de poder siente que salir de la relación es perder. Perder ante la sociedad, que juzgará como fracasado. Perder ante sí mismo, por no conseguir que la relación funcione. Y perder ante la pareja, que quedará libre para seguir adelante.

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Estas personas frecuentemente tuvieron una educación basada en la competencia, siendo castigadas por las “derrotas” y reforzadas por las “victorias” desde temprano. Generalizan esta visión distorsionada al universo amoroso.

Corresponde al psicoterapeuta ayudar al cliente a re-significar las relaciones afectivas, comprendiendo que no son una disputa en la que hay vencedores y perdedores. Una conexión saludable se basa en el apoyo mutuo, y no en la competencia mórbida.

Así, la persona podrá cerrar vínculos tóxicos sin la falsa creencia de haber “perdido” ante el otro. Después de todo, nadie pierde cuando una mala relación llega a su fin. Por el contrario, ambos ganan la oportunidad de ser felices.

Quinto Factor: Aversión al riesgo

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La aversión al riesgo también contribuye a la mantención de relaciones malas. Muchas personas temen lo desconocido y ven la exposición a nuevas experiencias como algo amenazador.

Aunque estén infelices e insatisfechas con la pareja actual, prefieren no arriesgarse a encontrar una nueva relación, ya que no saben con certeza qué esperar de esta nueva situación.

Optan por permanecer en el “puerto seguro” de la relación actual, aunque tormentosa, en lugar de navegar hacia lo desconocido y arriesgarse a encontrar algo mejor (o peor).

Esta postura puede derivar de un historial de castigos ante cambios en la vida o de un refuerzo exagerado de la mantención del statu quo. La persona aprendió a ver cualquier novedad como una amenaza potencial.

Corresponde al psicoterapeuta ayudar al cliente a enfrentar poco a poco sus inseguridades, saliendo de la zona de confort y descubriendo un mundo de posibilidades más allá de la relación limitante en la que se encuentra.

La vida está hecha de riesgos. Y solo quien tiene el coraje de correr riesgos genuinos puede alcanzar relaciones verdaderamente gratificantes y felicidad plena.

Sexto Factor: Dependencia

La dependencia emocional también puede llevar al seguimiento de la regla “mejor mal acompañado que solo”. Algunas personas crean una relación de profunda codependencia con la pareja.

Pasan a tener en él su única fuente de atención, cariño, autoestima y apoyo emocional. Renuncian a otras relaciones y proyectos personales para dedicarse enteramente a la relación afectiva.

Aunque el vínculo se vuelva abusivo e insatisfactorio, estas personas no pueden romperlo, pues sienten que será como “perder una parte de sí mismas”. No se ven capaces de seguir la vida sin el compañero codependiente.

Esta postura puede derivar de relaciones familiares disfuncionales, en las que los padres no atendían adecuadamente las necesidades emocionales del niño, que busca compensar esta carencia en la vida adulta.

El psicoterapeuta puede ayudar al cliente dependiente emocional a rescatar su autoestima y sentido de identidad. A través de límites amorosos, mostrará que es posible ser feliz y completo incluso sin esa relación enfermiza.

Gradualmente, la persona aprenderá a cultivar su independencia emocional, y ya no necesitará aferrarse desesperadamente a vínculos tóxicos.

Séptimo Factor: Relación sexual disponible

Finalmente, la relación sexual disponible también puede llevar a permanecer en una relación problemática solo para no perder el acceso al sexo.

Para algunas personas, el sexo con la pareja actual es altamente reforzador, constituyendo el único o principal aspecto positivo de la relación. Aunque todos los demás elementos sean negativos, esto basta para atrapar a la persona.

Al imaginar la perspectiva de romper y quedar sin una pareja sexual fija, el individuo siente que estará renunciando a una fuente crucial de placer y realización. Por eso, tolera las peleas y frustraciones.

Corresponde al psicólogo ayudar a expandir las fuentes de satisfacción del cliente, trabajando la autoestima, autocuidado y habilidades sociales. Así, incluso soltero, tendrá una vida placentera y completa.

Además, se puede resignificar el valor exacerbado dado a la relación sexual, comprendiendo que existen diferentes formas de obtener placer, y que ninguna de ellas vale la pena si viene acompañada de sufrimiento en otras áreas.

Con este trabajo en consultorio, la persona dependerá menos del sexo para ser feliz y podrá elegir relaciones constructivas, no solo basadas en el aspecto sexual.

Intervenciones clínicas para modificar el seguimiento de la regla

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Después de identificar los factores que llevan a la persona a seguir la regla “mejor mal acompañado que solo”, el psicoterapeuta puede realizar intervenciones clínicas para modificar este comportamiento disfuncional.

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Inicialmente, es importante hacer que el cliente tome conciencia de las variables que controlan sus elecciones. Muchas veces la persona ni siquiera percibe los reforzadores que la atrapan en malas relaciones.

Luego, se puede discutir y deconstruir creencias limitantes, como el miedo exagerado a la soledad y al rechazo social. Se argumenta sobre las consecuencias positivas a largo plazo de establecer patrones más saludables.

También es esencial enseñar al cliente a identificar y expresar sus necesidades y deseos de forma asertiva. Así, pasará a elegir compañeros más compatibles.

Además, el psicólogo debe enfocarse en expandir las fuentes de refuerzo positivo del cliente, para que su autoestima no dependa exclusivamente de la relación amorosa.

Finalmente, es necesario alentar a la persona a exponerse gradualmente a nuevas contingencias, saliendo de la zona de confort y descubriendo que es posible ser feliz incluso estando solo.

Con este trabajo multimodal, poco a poco el individuo sustituirá la disfuncional regla anterior por creencias más realistas y acordes con una vida saludable y plena.

Consideraciones finales sobre reglas en análisis del comportamiento

Por medio de este artículo, pudimos comprender cómo el seguimiento de reglas puede llevar a comportamientos disfuncionales, en caso de que no describan adecuadamente las contingencias.

Analizamos la problemática regla “mejor mal acompañado que solo”, identificando factores psicológicos que llevan a su seguimiento incluso ante relaciones insatisfactorias.

Vimos que cuestiones como refuerzo social, posesión, privación, competencia, aversión al riesgo y dependencia emocional pueden hacer que la persona tolere un noviazgo malo solo para no enfrentar la soledad.

Sin embargo, es posible modificar estas contingencias disfuncionales por medio de intervenciones clínicas bien dirigidas, ayudando al individuo a establecer creencias más saludables.

Las reglas no deben seguirse ciegamente. Corresponde a cada uno evaluar si determinada regla describe de forma precisa y adaptativa las situaciones a las que será expuesto. Y tener el coraje de abandonar aquellas que solo limitan su potencial de ser feliz.

Después de todo, no es necesario estar mal acompañado solo para no estar solo. Existen relaciones constructivas y enriquecedoras para quienes están dispuestos a buscarlas, aunque al precio de algunos riesgos.

Conclusión

En este artículo, analizamos las razones que llevan a las personas a permanecer en malas relaciones, siguiendo la problemática regla “mejor mal acompañado que solo”.

Vimos que factores como refuerzo social, posesión, privación, competencia, aversión al riesgo y dependencia emocional están detrás de esta elección frecuentemente disfuncional.

La buena noticia es que estas contingencias limitantes pueden modificarse con intervenciones clínicas bien dirigidas, ayudando al individuo a lograr relaciones más saludables.

No necesitamos ser rehenes de reglas que solo nos hacen infelices. Podemos desarrollar una visión más amplia y consciente sobre nuestras elecciones afectivas.

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Preguntas Frecuentes

¿Cómo superar el miedo a la soledad?

Dedícate a actividades que traigan satisfacción independientemente de las relaciones, como hobbies, estudios y trabajo. Fortalece vínculos de amistad. Busca ayuda psicológica para trabajar creencias limitantes sobre estar solo.

¿Qué hacer cuando no puedo dejar una relación tóxica?

Identifica los reforzadores que te atan a la relación. Trabaja tu autoestima e independencia emocional. Exponte gradualmente a nuevas experiencias. Busca terapia para modificar contingencias disfuncionales.

¿Cómo perder el sentimiento de posesión por la pareja?

Reflexiona sobre tus valores. Practica el desapego y el respeto por la individualidad del otro. Establece límites saludables en la relación. Concéntrate en cuidarte a ti mismo en lugar de controlar a la pareja.

¿Por qué siento que perdería una “competencia” si terminara mi relación?

Analiza creencias irracionales sobre victoria/derrota en relaciones. Comprende que una conexión saludable no se basa en disputas. Busca terapia para trabajar las causas de esta postura competitiva.

¿Cómo vencer la aversión al riesgo de estar solo?

Reflexiona sobre tus valores personales. Sal gradualmente de la zona de confort y prueba nuevas experiencias. Concéntrate en los aspectos positivos de tu individualidad. Ten fe en tu potencial para ser feliz.

FUENTE: DETERMINANTES DEL SEGUIMIENTO DE LA REGLA: “MEJOR MAL ACOMPAÑADO QUE SOLO”

Esta publicación también está disponible en: Portugués, Brasil Inglés

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Erick Ribeiro

Psicólogo egresada de la PUC Minas y cofundador de la Sociedad Brasileña de Hipnosis. Con amplia experiencia en hipnosis clínica, también trabaja en el campo del marketing digital, ayudando a popularizar la hipnosis en Internet. Su trabajo se centra en empoderar a los hipnoterapeutas, ofreciéndoles herramientas para mejorar sus prácticas y llegar a más personas.

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